ciudad del sol

 


 

Medios del presente, precursores de futuro

¬La singularidad de nuestra Universidad
se sustentar‡ en sus osadas formas de comunicar el conocimiento.¬
Pedro Ram’rez V‡squez

versi—n flash Ð>

Introducci—n
Al iniciar el oto–o de 1974 en el ahora parque Tezoz—moc, el Departamento de Investigaci—n y Conocimiento no se conform— con dibujar sonidos que representan palabras con el tinte obscuro del silencio, opt— por convertir las letras en soles audibles al registrar, multiplicar y hacer m‡s potente la voz y el pensamiento de sus integrantes a travŽs de grabaciones en audio casetes; si bien es cierto que los walkman no hab’an aparecido en el mercado y los audio libros aun campeaban en la ciencia ficci—n, s’ se vislumbraron sus atributos y su promisorio futuro; aun no se puede explicar los porquŽs del parŽntesis de estas tres dŽcadas.

En el oto–o de 1994 en la exhacienda de Galindo, QuerŽtaro, teniendo como testigos de honor y fe al Jefe en turno del Departamento de Investigaci—n y Conocimiento y al patriarca y pionero del Centro del Placer (que por cierto para CyAD significa lo que Pedro el Grande signific— para Rusia), en esa ya lejana fecha, al ser el ‡ngelus en la arom‡tica atm—sfera de naranjos queretanos se expusieron los motivos y las razones al Director, tambiŽn en turno, de la divisi—n CyAD para instituir con urgencia un laboratorio-estudio de telem‡tica con el objeto de experimentar y generar estrategias viables, de vigencia para expandir las fronteras de la dise–’stica y comunicar los bienes de la praxiolog’a a producir en la Divisi—n; lamentablemente no hubo visi—n ni acci—n de futuro y se desperdici— la oportunidad de pertinencia al preferir el gravoso claustro de la escol‡stica confesional e ignorar la vigencia y la prospectiva.

Hoy, para concluir el parŽntesis de las anteriores dŽcadas, siendo el oto–o del 2004, el Estudio de ArquŽ-PoŽtica y Visual’stica Prospectiva comparte las siguientes reflexiones audiovisuales; haciendo votos para que, sin extrav’os adjetivantes, las pr—ximas dŽcadas sean heur’sticas, y sobre todo bondadosas en innovaciones donde la racionalidad logre la poŽtica de las utop’as, y la gnoseolog’a, la axiolog’a, la teleolog’a, la ontolog’a, la morfolog’a y la audio-visual’stica sean los instrumentos conceptuales que den sustento y condiciones de posibilidad a la alteridad, a la resemantizaci—n, a la reconstrucci—n cr’tica, a las invenciones trascendentes y a la aun hoy inŽdita calidad de vida.

Nuestro Mundo
El desarrollo cient’fico y tecnol—gico impacta al campo del Dise–o de muy distintas maneras; algunas de ellas con la voluntad de futuro, como la proyectaci—n asistida por software que permite usos anteriormente inconcebibles de los lenguajes de dise–o, la aparici—n de nuevos campos de trabajo para los dise–adores, distintos conceptos de procesos de producci—n; otras maneras, tal vez producto de la angustia de conocer los caminos recorridos por siglos, como la discusi—n sobre si los dise–adores ÒdesmerecenÓ por el uso de las computadoras, la lucha libre entre la mano alzada y los programas para dibujo vectorial, la adopci—n para el dise–o de reglas y rituales de otros campos de conocimiento por el temor o pereza de plantear problemas propios, el lenguaje verbal como lenguaje supremoÉ y un sin fin de temas m‡s que, al menos en el ‡mbito acadŽmico habr’an de tener lugar

Cualquier cambio obliga a reformular y en este marco nos permitimos presentar las siguientes reflexiones:

Los soportes CD, DVD y Sitios Web, son medios con caracter’sticas espec’ficas, su naturaleza multimedia e interactiva es la continuaci—n de las remotas tradiciones de la comunicaci—n y divulgaci—n del Conocimiento.

Si bien como medios son autol—gicos, lo esencial en estas interfases del saber humano es su cualidad en tanto mensaje, que adquiere su forma por la interacci—n del contenido y su configuraci—n. Es pertinente recordar que para CyAD los objetos de estudio y transformaci—n son los lenguajes, la alteridad, la morfogŽnesis, la cualificaci—n y sublimaci—n de los continuos indivisibles, contenido-forma, forma-funci—n. Lo que se dice y c—mo se dice; lo que se hace y c—mo se hace es lo que establece la diferencia entre pertenecer a la masa de profesionales o a las elites de autores. Los quŽ, cu‡ndo, para quiŽn, por quŽ, d—nde, son materia de diversos campos del conocimiento, el c—mo es el resultado de las anteriores interrogantes y es la esencia de las ciencias y artes para el DISE„O. As’, el contenido y la configuraci—n (que resultan en la forma) est‡n interrelacionados de manera tal que no pueden considerarse el uno sin el otro, el contenido m‡s sublime puede aparecer incomprensible por la configuraci—n con la que es presentado, as’ como un contenido caduco puede ser presentado de manera en que aparente ser sublime, Ácu‡ntos ejemplos podemos encontrar de esto œltimo en nuestros d’as!

La forma se constituye en holosintagmas: totalidades perceptuales indivisibles, irreducibles, coherentes, sustentadas, organizadas para cumplir finalidades; la forma es un universo pensable y posible, es en tanto la interacci—n de sus elementos y sistemas; la forma es abstracta y material, idea y materia, es objeto mental y f’sico, es origen y originadora, la forma es: thelos Ð eidos Ð hylemorphee Ð ikono.

Hay que estar atentos de no confundir la gŽnesis y la forma conceptual (ontogŽnesis) con lo factual, lo faber, lo fabril, el Dise–o no es neoartesan’a, los Dise–adores no son reiterativos artesanos FONCA; los Dise–adores son los inconformes innovadores que a travŽs de la agudeza cr’tica, la reflexi—n, el conocimiento, la sensibilidad inteligente y las intersubjetividades generan conceptos comunicables, habitables, usables y disfrutables que puedan ser traducidas por los usuarios en experiencias intensas para la sensibilidad y la inteligencia; los Dise–adores dirigen y direccionan, problematizan y proponen, proyectan y visualizan, prevŽn y proveen de interfaces (instrumento) para realizar satisfactores, los satisfactores eficaces, sustentables son bienes del conocimiento concebidos con cientificidad, pero no son ciencia ni exacta ni social; utilizar los juicios de valor de Žstas para evaluar el Dise–o ser’a un evento de imprecisi—n intelectual. Recordemos a Moles en sus trabajos para reconocer el calificativo de Impreciso en el campo de las ciencias, y los postulados que sustentan la vanguardia en la F’sica expresados en la Mec‡nica Cu‡ntica.

El ethos de los hipermedios est‡ integrado por interfases sistŽmicas, estructuradas mediante portadas alusivas, diagramaci—n de espacios, ilustraciones, tipograf’as, animaciones, sonidos ambientales, mœsica, voz, sus multidimensiones, sus instrumentos de navegaci—n, su amabilidad, su calidad didasc‡lica; son estos sus elementos constitutivos y son los componentes de sus lenguajes, de su ret—rica.
Sus funciones son el acopio de informaci—n, an‡lisis, clasificaci—n, comparaci—n, asociaci—n y vinculaci—n, la abstracci—n, la reformulaci—n, la visualizaci—n y preeminentemente la exposici—n eficaz de sus tem‡ticas; sus posibilidades e instrumentos poseen el potencial de generar experiencias intensas que desarrollen y potencien la percepci—n del usuario.

Por otro lado, es importante hacer Žnfasis en las ventajas de estos medios digitales:

el factor econ—mico, el cual es argumento a considerar para el menguado presupuesto de instituciones como la nuestra y de la educaci—n en general, en virtud de los bajos costos de producci—n y distribuci—n de las infopublicaciones.
la inclusi—n y consideraci—n de las diversas inteligencias (visual, espacial, kinŽsica, h‡ptica, auditiva, musical, psicomotriz, emocional, l—gica matem‡tica, abstracta, naturalista, proxŽmica, sinestŽsica ), y por supuesto a las capacidades diferentes.
la incorporaci—n a los productos de divulgaci—n universitaria de la multisensorialidad y la intersensorialidad presentes en la vida cotidiana.
la contribuci—n a la sustentabilidad del planeta al requerir usos m’nimos de papel y lo que esto conlleva.
Para el logro de la equidad en la educaci—n pœblica, as’ como su actualizaci—n y vigencia, la UAM debe promover pol’ticas de fomento y profundizaci—n de la cybercultura en todos sus ‡mbitos de responsabilidad: docencia, investigaci—n y difusi—n del conocimiento.

Para los est‡ndares internacionales los investigadores que no difunden los resultados de sus investigaciones a travŽs la web est‡n aislados de la comunidad cient’fica internacional; sin embargo el valor y trascendencia de sus posibles aportaciones no depende exclusivamente del aval del establishment acadŽmico, recordemos que las visiones inŽditas heur’sticas revolucionan y cambian paradigmas, generan otras culturas, otras did‡cticas, otras axiom‡ticas, otros medios de divulgaci—n que les dan espacios y hacen posible su confrontaci—n y desarrollo.

Los prestigios y lo cuantitativo de los medios oficiales y las publicaciones especializadas no necesariamente son metros de valor epistŽmico, ni art’stico, ni dise–’stico, lo que es relevante para las membres’as y para la cultura local oficial en muchas ocasiones es insignificante para las historias de las Ciencias, las Artes y el Dise–o; por consiguiente, para las funciones sustantivas de la UAM, ser’a un error estratŽgico adoptar y adaptar esos referentes, m‡s aun cuando los —rganos colegiados tienen la tarea pendiente de establecer sus matices.

TambiŽn es importante se–alar que la deprimida producci—n editorial de nuestras divisiones en gran parte es atribuible a las circunstancias del magro presupuesto que es la causa de la incomunicaci—n de resultados, los ce–idos espacios y los extensos distantes periodos de publicaci—n asfixian toda posibilidad propositiva, encriptan las especificidades disciplinares, cancelan las urgentes convergencias, postergan las innovaciones y la oportunidad de ser precursores.

Nociones de ÒTextoÓ
En virtud de que estos medios pueden o no utilizar textos verbales es conveniente tomarse el tiempo para reflexionar tambiŽn acerca de si los lenguajes de las im‡genes conforman textos; sin duda el ‡mbito de la LingŸ’stica no es el adecuado para buscar una respuesta.

Tradicionalmente, todos los sistemas de signos creados por los seres humanos para la comunicaci—n han sido llamados ÒlenguajesÓ, as’, ha sido sencillo tomar los hallazgos de la LingŸ’stica como generalizables para todo aquello que hemos ideado y sistematizado para comunicarnos. Si bien, esta visi—n ha sido œtil para muchos otros campos, el desarrollo del Dise–o, como un campo de conocimiento espec’fico, demanda impostergablemente la definici—n, construcci—n y utilizaci—n de sus propios conceptos.

Si un texto es un conjunto de estructuras comunicativas elaboradas con lenguajes, que desarrollan un tema o referente que a su vez mantiene relaciones con un contexto.

Si un texto es un producto hist—rico-social espec’fico que conforma el acervo de su tiempo.

Si un texto integra formas comunicativas asumidas socialmente (nos demos cuenta de ello o no).

Si en un texto se identifica lo siguiente:

que se configura a partir de una Intenci—n,
que cumple una Funci—n,
que responde a un Concepto,
que desarrolla un contenido,
que se materializa mediante sistemas de signos (lenguajes),
que establece criterios de orden para su ÒlecturaÓ (sintaxis)
que genera una capacidad expresiva determinada que se distingue de otras
Si todo lo anterior es verdadero, Àpueden los sistemas de signos ic—nicos formar textos visuales (no verbales)? Podemos pensar que esta es una pregunta ociosa y que la respuesta l—gica es que Òs’, hay textos visualesÓ, y la siguiente pregunta es Àreconocemos en el campo del dise–o (nuestro campo) a los textos visuales de la misma manera que lo hacemos con los textos naturales de otros campos de conocimiento que utilizan lenguajes verbales? Àles otorgamos el mismo valor acadŽmico?

Un texto visual es un texto adem‡s, en tanto conforma una unidad comunicativa, es producido de manera intencional, expresa conceptos mediante sistemas de signos que pueden ser interpretables, son coherentes. Como un texto, el texto visual, requiere del ÒlectorÓ el ser observado con atenci—n, agudizar los sentidos y la percepci—n, hacer operaciones cognitivas como la comparaci—n, la memoria, el pensamiento y por supuesto de un conjunto de capacidades adquiridas o ÒalfabetidadÓ.

ÀEs cierto que Òuna imagen dice m‡s que mil palabrasÓ? O simplemente ÒdiceÓ otras cosas que pueden ser traducidas a palabras, tanto como a sonidos, ecuaciones, olores, texturas h‡pticasÉ, si se considera necesario. (Por cierto, la tecnolog’a que nos ha provisto de las tan œtiles impresoras de inyecci—n de tinta, desarroll— ya una que impresora que ÒimprimeÓ olores Àformar‡n estos parte de un texto olfativo?).

M‡s preguntas
Proponer conclusiones acerca de temas como los aqu’ tratados adem‡s de ser pretencioso ser’a inœtil pues precisamente, aœn despuŽs de 30 a–os, lo pertinente pareciera ser el plantearnos las preguntas adecuadas que nos permitan elaborar nuestras propias respuestas. Reconstruir la noci—n de Interdisciplina a partir de la visi—n del Dise–o como el campo de conocimiento que es y que tiene el derecho y la obligaci—n de observar y transformar el mundo desde su perspectiva propia y de reinterpretar a las otras disciplinas para avanzar en los caminos propios.

S—lo entonces podremos aclararnos:

ÀCu‡les son las Ciencias del Dise–o?
ÀCu‡les son las Artes del Dise–o?
ÀEs el Dise–o un campo de conocimiento?
ÀPensar al Dise–o como campo de conocimiento se opone a concepci—n de los antiguos gremios (maestros de obra mayor, impresores, carpinteros, herreros, É)
ÀCu‡l es el Òcampo del Dise–oÓ?
ÀHablar de Arquitectura en el siglo XXI es lo mismo que hablar de Arquitectura que en el siglo XX, (o en le XIX, XVIII, É)
ÀLas ÒlecturasÓ hechas hasta ahora a los trabajos de Vitruvio (sin duda un precursor del Dise–o) y a la Bauhaus pueden seguir fundamentando nuestro campo? ÀHacen falta ÒlecturasÓ contempor‡neas? Àya no son œtiles?
ÀLa tecnolog’a ha hecho desaparecer a las disciplinas que defendemos ahora (arquitectura, dise–o gr‡fico y dise–o industrial? y esto Àes bueno, malo, irremediable? Àes una nueva oportunidad?
ÀEs necesario elaborar el discurso propio del Dise–o para la construcci—n de su campo?
ÀC—mo se construye el discurso del Dise–o?
ÀEs todav’a œtil denominar ÒDise–oÓ a lo que hemos llamado Dise–o?
ÀEs pertinente la construcci—n de conceptos que respondan a la actualidad y a la construcci—n de futuro?
ÀCu‡ndo vamos a dejar de ÒserÓ otros, suplantar identidades, asumir discursos ajenos para ser nosotros mismos?
Cualquier otra pregunta que contribuya a que nuestro trabajo tenga presente y futuro es bienvenida.

2004, ODISEA DEL DISE„O
30 a–os en la incubadora

Roberto Real de Le—n - Julia Vargas Rubio Ð Marco Antonio Flores Enr’quez

http://museosvirtuales.azc.uam.mx/estudio-de-arquepoetica/escritos/odisea_del_disegno.html

 

 



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