ciudad del sol

 


 

Apuntes para una esttica de los entornos digitales


El proceso de implementacin de las nuevas tecnologas de la informacin ha sacudido la experiencia esttica moderna, de modo que la ha absorbido en su propia lgica de velocidad, aceleracin y desaparicin. Las jerarquas, no slo sociales y culturales, sino tambin estticas, se disuelven. Frente a la primaca de lo artstico como tema esttico, la experiencia esttica contempornea aparece ntimamente ligada a la existencia de las masas, por medio del discurso plural y catico propio de los new (mass) media. La televisin, el cine, el vdeo y, finalmente, la aparicin del ciberespacio han implicado un proceso de intensificacin comunicativa sin precedentes, caracterizado por la espectacularizacin, la fugacidad y la fragmentacin de los productos estticos.

1.0. Nuestra poca ya no es la de la reproducibilidad tcnica, sino la de la simulacin electrnica, que tiene como rasgo definitorio una nueva condicin de lo visual y de la representacin dominada por la inestabilidad. La naturaleza procesal y multiforme de los sistemas conlleva la potencialidad de dar lugar a formas abiertas de autora compartida. En los entornos digitales, la tarea de autora consiste muchas veces no ya en la creacin de un conjunto cerrado de escenas, sino en la creacin de un sistema de posibilidades narrativas. El usuario del sistema participa, as, de una autora derivada, en tanto que determina mediante su interaccin una construccin virtual concreta inexistente como tal previamente. Al mismo tiempo, el proceso de virtualizacin de la produccin esttica desplaza su vnculo anterior a un lugar concreto y pasa a definir entidades desligadas de unas coordenadas fijas. Lo virtual se da en una ubicuidad problemtica de inercias, interacciones, procedencias y recepciones a la vez nicas y mltiples. Existe sin que est. Designa entidades desvinculadas de una actualizacin estable y admite manifestaciones en mltiples formas y situaciones gracias a su capacidad de convertirse en cualquier nodo del espacio informtico dotado de conectividad o bien de presentarse en l. La creciente implementacin del imaginario visual generado mediante ordenadores prefigura la implantacin y ubicuidad de construcciones visuales fabricadas de un modo radicalmente distinto a la de las capacidades mimticas propias del film, la televisin y la misma fotografa. El rpido desarrollo en tan slo dos dcadas de un amplio abanico de tcnicas grficas digitales forma parte de una reconfiguracin extensiva de las relaciones entre el sujeto moderno y las formas de representacin dominantes. El nuevo modelo digital de la visin, autnomo con respecto al de representacin mimtica mantenido tradicionalmente por la imagen fotogrfica documental, es un modelo de sntesis y virtualizacin en la construccin de las imgenes. La visin contempornea se reformula as desde la anterior credibilidad y objetividad fotogrfica hacia un nuevo orden visual de simulacin y virtualizacin. Las imgenes digitales de sntesis poseen unas caractersticas tcnicas y estticas singulares que ya no permiten su traduccin automtica hacia las condiciones tradicionales de las anteriores imgenes de orden fsico y qumico. Lo que reconocemos como imagen sobre una pantalla consiste nicamente en una simulacin grfica. El carcter de simulacro resulta, por lo tanto, esencial en la imagen electrnica, el cual no tiene ni peso ni medida tal como los habamos entendido. Trminos como profundidad, volumen, iluminacin o textura resultan ahora plenas y simples metforas. Ante el carcter acabado, cerrado, de la produccin (foto)grfica tradicional, las imgenes de sntesis se presentan tanto para el autor como para el usuario como un especie de work in progress infinito, abierto siempre a la intervencin, el retoque, la reutilizacin y la metamorfosis ms radicales. Dentro de los mismos programas de produccin y tratamiento grfico por ordenador, la mayora de las diferentes herramientas y filtros que se proporcionan consisten, de hecho, en una sntesis digital que simula efectos tradicionales propios de la produccin visual anterior. Inmaterialidad y simulacin se entrelazan en la esttica digital. Con el desarrollo y la implementacin de las imgenes electrnicas y digitales, la distancia entre el referente real y el modelo comunicativo difundido se desvanece. La realidad se convierte hoy en da en un mundo escenificado, dominado por una lgica de la simulacin en la que las imgenes y los signos comunicativos de todo tipo ocupan su lugar, como resultado de una dinmica tecnolgica en la que todos nosotros ya hace tiempo que estamos estrenados.

 

2.0. La era digital propone una nueva condicin de lo visual y de la representacin dominada por la inestabilidad. La tecnologa digital facilita de forma exponencial la manipulacin de las imgenes y da lugar, por lo tanto, a un material grfico inestable, frgil, indefinido, extremadamente adaptable y transformable. El paso de analgico a digital, de tomos fsicos a bits de informacin, es decir, el paso de un medio de composicin fsica a un medio electrnico sin color, tamao o peso ha conllevado el acceso a una labor visual desmaterializada, producto de la traduccin de su antigua corporeidad en una serie de seales elctricas contenidas en una base binaria uniforme, con lo que se ha eliminado cualquier posible referencia a una huella fiel, nica, original. El retoque y la manipulacin voluntaria de las imgenes digitales se desarrollan a partir de una novedad radical: en el mbito de la imagen de sntesis no hay diferencia entre el original y la copia. Cualquier copia de un archivo grfico resulta absolutamente idntico en todas sus caractersticas al archivo inicial. La copia de una obra digital, si es que este trmino an tiene sentido, implica una nueva (y potencialmente infinita) obra original. La implementacin de los entornos digitales uniformiza el estatuto de certeza y verosimilitud de todos los mensajes que se introducen en ellos. La imagen digital destruye la vieja conviccin de que la evidencia (foto)grfica resulta inseparable de una realidad previa all representada y, en consecuencia, se desdibuja la distincin entre la verdad del espacio representado y la falsedad del espacio reproducido, lo que extiende, en consecuencia, la sospecha de irrealidad, manipulacin y artificio en la construccin de toda imagen. El xtasis contemporneo de la comunicacin altera de un modo revolucionario nuestra relacin, no tan slo con sus signos, sino con la realidad misma, fruto del nuevo modelo de la visin que promueve. El predominio arrollador de un modelo de representacin ptico desde el Renacimiento, que tuvo las vanguardias histricas de principios del siglo XX como primer adversario explcito, ha encontrado en el discurso propuesto por los actuales modelos de visin digitales un cuestionamiento radical. La anterior capacidad de la perspectiva geomtrica (pictrica y fotogrfica) para introducir e implementar una visin ordenada, en la que el conjunto de las artes visuales trabajan en y desde la integracin y la sistematizacin de los diferentes elementos que componen una escena, como la iluminacin, el color, el tono o la saturacin, resulta ahora directamente obviada en la esttica digital. Frente al espacio ptico moderno, los nuevos entornos digitales le oponen un particular espacio hptico, fragmentado, en el que los objetos y elementos representados aparecen aislados, superpuestos o amontonados, estticos y en movimiento, sin llegar a organizarse en el seno de un espacio visual homogneo unitario.

 

3.0. La naturaleza de las producciones estticas de los new media es procesal. El proceso de implementacin de las nuevas tecnologas de la informacin ha sacudido la experiencia esttica
moderna, de modo que la ha absorbido en su propia lgica de velocidad, aceleracin y desaparicin. La informacin circula hoy en da en todas direcciones, a la disposicin de todo el mundo al mismo tiempo. Dentro de los canales comunicativos electrnicos pierde sentido la idea de un centro nico y director. Las jerarquas, no tan slo sociales y culturales, sino tambin estticas, se disuelven. Ante la primaca de lo artstico como tema esttico, la experiencia esttica contempornea aparece ntimamente ligada a la existencia de las masas, por medio del discurso plural y catico propio de los new (mass) media. La televisin, el cine, el vdeo y, finalmente, la aparicin del ciberespacio han implicado un proceso de intensificacin comunicativa sin precedentes, caracterizado por la espectacularizacin, la fugacidad y la fragmentacin de los productos estticos. El carcter explosivo y catico del desarrollo acelerado de las nuevas tecnologas de la informacin, su dinamismo y la interconexin radical favorecen una produccin esttica cambiante y mvil, dinmica e interactiva, totalmente heterognea y diversa. En definitiva, un tipo de (ciber)cultura que se autogenera a partir del crecimiento de las redes telemticas que fundamentan el ciberespacio, las cuales tienen como rasgos distintivos la potenciacin de un carcter plstico, fluido, calculable y tratable en tiempo real, hipertextual e interactivo de la informacin que contienen. Las propiedades de los entornos digitales eliminan la necesidad de presencialidad y simultaneidad espacio-temporales. Su funcionamiento es informacional ms que material, lo que propicia, por tanto, una experiencia esttica cualitativamente diferente de la tradicional. Los entornos digitales, por ejemplo, no estn marcados por el ahora y el aqu. En lugar de la proximidad, la materialidad y la sincrona, dominantes en las producciones estticas tradicionales, asistimos ahora al surgimiento de una experiencia esttica distal, informacional y multicrnica. Los entornos digitales implementan de modo efectivo espacios navegables. Generan la simulacin habitual de mbitos en los que podemos movernos y adquirir nuevas formas y definiciones a partir de las elecciones de cada usuario. Las obras estticas digitales no consisten en informacin o contenidos estticos, sino que se fundamentan mayoritariamente en la realizacin de operaciones complejas, interrelacionadas e interdependientes unas de otras dentro de una cadena sucesiva de etapas dinmicas, administradas por la eleccin de una determinada secuencia de procedimientos. Su naturaleza es procesal.

4.0. Los sistemas hipertextuales se caracterizan por su potencialidad para dar lugar a formas abiertas. La conciencia sobre los efectos que plantean los nuevos entornos digitales para la produccin esttica promueve la redefinicin de un amplio abanico de conceptos y categoras utilizadas (demasiado) habitualmente de forma acrtica. La lectura como navegacin, el envejecimiento de la cultura tipogrfica, la prdida de las fronteras disciplinarias o la actual preeminencia de nociones como por ejemplo red, nexo y nodo son tan slo algunos de los nuevos lugares que la era digital sita en un espacio discursivo central. Los sistemas hipertextuales multimedia originan obras configuradas por unidades relacionadas electrnicamente en mltiples trayectos, estructuradas a partir del salto y la relacin de bloques de textos, imgenes y sonidos sobre una misma base operativa. Su naturaleza obedece a un extenso montaje formado por una estructura discontinua, tejida a partir de enlaces de todo tipo, tanto internos como externos. El hipertexto plantea, por lo tanto, un espacio metodolgico y productivo abierto, sometido a cambios y transformaciones continuos: una proposicin no definitiva, sin conclusin. Frente a la unidad, el hipertexto aporta la pluralidad. Ante la definicin de la obra, el hipertexto resulta indefinido. Frente al carcter cerrado, acabado, al que no se le puede aadir ni sacar nada, el hipertexto promueve un carcter abierto, potencialmente sometido a la alteracin y la metamorfosis ms completa. De un modo revolucionario, la produccin esttica de los entornos hipertextuales se caracteriza por la potencialidad de produccin de aplicaciones sin linealidad, multiformes: obras cambiantes, de apariencia incierta, capaces de adoptar nuevas definiciones en cada una de sus (infinitas) actualizaciones. Estas formas abiertas encuentran su particular alter ego en la figura del calidoscopio: un tipo de mosaico variable, fragmentario y dinmico de imgenes y formas que cambian slo a partir de la interaccin con el usuario. Un mosaico que puede llegar a definir estructuras rizomticas, es decir, laberintos dinmicos en perpetua transformacin en que el usuario vagabundear en muchas ocasiones sin tener destino ni objetivo.

5.0. En los sistemas multimedia la autora se comparte La tendencia del hipertexto de fragmentar los textos en unidades separadas posibilita su construccin compartida a manos de los usuarios/lectores. Los lectores de narrativas hipertextuales eligen su propio recorrido y pueden llegar a leer potencialmente textos propios, sin llegar a percibir en muchos casos el texto completo original, sino nicamente lo que han obtenido a raz de sus elecciones y el itinerario desarrollado. La labor de autora en los entornos digitales consiste muchas veces no ya en la creacin de un conjunto cerrado de escenas, sino en la creacin de un sistema de posibilidades narrativas. As pues, el usuario del sistema participa de una autora derivada, en tanto que determina mediante su interaccin una construccin virtual concreta inexistente como tal previamente. En los sistemas multimedia la autora se comparte entre el diseador-autor (primaria) y el usuario-lector (derivada). La autora del diseador-autor debe posibilitar y delegar la concrecin de opciones e itinerarios al usuario potencial del sistema planteado. El autor en los sistemas multimedia resulta, por tanto, una figura doble, compartida por diseadores y usuarios. Por el entorno y el contexto tecnolgico, en el proceso de comunicacin multimedia la respuesta y la interaccin del usuario se convierten, de hecho, en el objetivo de la totalidad del sistema. En vez de la tradicional recepcin pasiva y lineal que requera la produccin esttica anterior al desarrollo de las tecnologas de la informacin, el usuario se transforma ahora en un cojugador clave para la concrecin final del escenario multilineal propuesto. En la produccin esttica multimedia, la consideracin y el estudio de la respuesta del usuario ocupan un lugar y una importancia decisivos en las propias tareas previas de guionizacin y conceptualizacin de las obras. En las interfaces grficas hay que tener previstas y tratadas las diferentes respuestas posibles, as como las numerosas trayectorias de navegacin y formas de acceder a los contenidos difundidos. La esttica digital ofrece obras estructuradas para la participacin activa del usuario en su implementacin y definicin final. El hipertexto necesita la intervencin y proactividad del usuario: no tiene sentido sin l.

6.0. Las producciones estticas digitales no tienen lugar En el mundo fsico la produccin esttica aparece habitualmente relacionada con un determinado lugar antropolgico, es decir, con una determinacin concreta en el espacio histrico y cultural humano. Contrariamente a este anclaje a unas determinadas coordenadas simblicas y temporales (tambin fsicas) de la produccin esttica tradicional, la produccin esttica digital resultar caractersticamente desterritorializada. La virtualizacin de la produccin esttica desplaza su vnculo anterior a un lugar concreto y pasa a definir entidades desligadas de unas coordenadas fijas y e
stables. Lo virtual se da en una ubicuidad problemtica de inercias, interacciones, procedencias y recepciones a la vez nicas y mltiples. Su implementacin efectiva es inestable. El lugar de una obra virtual es inconcreto, resulta transitorio y ocupa potencialmente todos y cada uno de los puntos de la Web, de modo que est presente en todas y cada una de sus actualizaciones sobre las interfaces grficas de los usuarios que hayan accedido a ella. Lo virtual existe sin que est. La virtualidad designa entidades desvinculadas de una nica actualizacin y admite manifestaciones en mltiples formas y situaciones gracias a su capacidad de convertirse en cualquier nodo del espacio informtico dotado de conectividad o bien de presentarse en l. El significado de algo en potencia que tena arraigado lo virtual ya en el pensamiento filosfico antiguo encuentra una actualidad singular en las producciones estticas propias de las nuevas tecnologas de la informacin: desligadas de un lugar concreto, abiertas a la interaccin, sin una presencia tangible y desvinculadas de un momento nico o preciso existente, permanentemente en potencia y abiertas a la actualizacin en el proceso de interaccin con todos y cada uno de sus posibles usuarios.

7.0. Los entornos virtuales proporcionan una experiencia esttica intermedia La interconectividad de entornos virtuales genera comunidades virtuales en las que (potencialmente) es posible desarrollar acciones simuladas compartidas por todos los miembros. La experiencia, a menudo, tiene lugar a partir de un agente virtual que hace de mediador. Mscaras, modelos de sntesis, clones o alias virtuales sustituyen la experiencia directa del usuario con el resto de la comunidad; se vive, pues, una profusin de lo que ya Platn denominaba daimons (literalmente, demonios), es decir, seres intermediarios entre dos mundos. Estos modelos virtuales que asumen nuestra identidad responden a una experiencia doble: al mismo tiempo sensible (esttica) e inteligible (lgico-matemtica). Desde un punto de vista meramente sensible, las representaciones grficas digitales en un mundo virtual nos permiten, de forma simulada y metafrica, caminar, escuchar, tocar, ver Simultneamente, en un sentido inteligible, estas mismas representaciones grficas nos permiten sentir gracias a nuestra comprensin del modelo simblico (matemtico e informtico) que las sostiene. Los disfraces y la asuncin de identidades falsas o simuladas de todo tipo resultan comunes y posibilitan extraordinariamente experiencias annimas, distanciadas y autnomas con respecto a la identidad nica dominante en el mundo real-presencial. Lo virtual proporciona, en consecuencia, una experiencia esttica intermedia, en la que interactuamos y sentimos a partir de nuestro demonio virtual. Los MUD (multi-user domain) constituyen ejemplares en este sentido. Mediante un lenguaje de programacin simple, los usuarios crean uno o ms personajes al empezar su participacin, especificando sus atributos fsicos y psicolgicos, as como objetos, lugares y entornos que desde este momento podrn ser compartidos y redefinidos por los dems habitantes. Inmersos en un estado psicolgico de encantamiento y de creacin proactiva de verosimilitud, los usuarios de entornos y comunidades virtuales viven, por tanto, la experiencia de sentirse transportados a un entorno esttico intermedio entre pblico y privado, realidad e ilusin, verosimilitud y falsedad, actualidad y virtualidad, en el seno de una dialctica negativa capaz de mezclar la exteriorizacin ms radical con vivencias de mxima intimidad.
Jordi Alberich Pascual

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Fecha de publicacin: diciembre de 2002 de esta edicin: FUOC, 2002 Ttulo original: En trnsit 7.0 Apunts per a una esttica dels entorns digitals



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