abstracci—n

 


Nootr—pico: neologismo acu–ado por el farmac—logo Corneliu E. Giurgea en 1964 para nombrar a los psicoestimulantes compuesto por los tŽrminos griegos, noo, que significa mente y tropein, sustancia transformante, sustancia que expande y transforma la mente, y beneficia la capacidad cognitiva y que mejoran el aprendizaje y la memoria, Facilitando el flujo de informaci—n entre los hemisferios cerebrales.

Nootr—pia sinergia para el conocimiento, conocimiento sinŽrgico; noci—n metaf—rica que refiere a los ‡mbitos y circunstancias propicios de cognici—n y memoria.
El mayor y mejor acceso a la informaci—n, nos pone de frente a las posibilidades de ser m‡s educados y m‡s pr—speros, y las certezas se presentaran en mœltiples oportunidades si las instituciones dise–amos y procuramos comunidades nootr—picas.
La transformaci—n de la informaci—n en conocimiento, para sustentar decisiones y acciones genera condiciones de posibilidad para desarrollar bienes, bienes del conocimiento con los cuales trascender la comunicaci—n social en comunicaci—n cognitiva, las redes sociales en redes nootropicas.

Al proceso de buscar informaci—n y tamizarla mediante intuiciones, experimentos, reflexiones, visualizaciones, o resemantizaciones con la intenci—n de comprender los por que, los para que, los para quien, los como constituye el conocimiento.

En la Era de la Informaci—n y el Conocimiento sus productos no son objetos materiales sino mentales, son bienes anta–o intangibles, organizaci—n, sistematizaci—n, serviciosÉ

Las Comunidades Nootr—picas generan bienes del conocimiento, Toda sociedad que apueste a desarrollar coalescencias nootr—picas: comunidades orientadas a desarrollar procesos basados en el conocimiento o generadores de conocimiento dispondr‡ de los instrumentos necesarios para su bienestar, porque lo esencial no son los recursos materiales pero si los recursos humanos, no es fundamental la tecnolog’a ni la informaci—n, sino la cantidad y clase de conocimiento que Žsta contiene.

Siempre es pertinente enfatizar la supremac’a del conocimiento sobre (datos sin procesar Ð informaci—n) y las dimensiones Žticas que el conocimiento conlleva.

Estamos viviendo la era de abolir los temores a la otredad, a los nuevos escenarios, al conocimiento critico, la era de superar los lastres de los usos y costumbres. Estamos viviendo la era de la osad’a y el compromiso.

En la era del conocimiento las perspectivas y tem‡ticas preeminentes son: las ’nter disciplinas y las transdisciplinas, la biotecnolog’a, la biom’mesis, la nanotecnolog’a, la inform‡tica, la telem‡tica, la microelectr—nica, la comunicaci—n interactiva, las telecomunicaciones, la rob—tica, la educaci—n pertinente, el h‡bitat digno e inteligente, la salud publica, los nuevos materiales, la biosfera, la astron‡uticaÉ

En la Era del Conocimiento no se depende ya de los recursos naturales, ni de la mano de obra, ni del capital. Se depende de las mentes educadas, de los esp’ritus visionarios, de los misioneros innovadores, del talento como sextante y de haber como proyecto comunidades generadoras de conocimiento y comunidades que apliquen Žticamente el conocimiento.

De la Era del Conocimiento surgir‡ un nuevo ser garante de sociedades equitativas y justas con un nuevo entorno natural sin amenazas.

La armon’a entre los intereses de las industrias y la sociedad, se lograr‡ en las Universidades, en los Tecnol—gicos y en los centros donde el examen libre de las ideas sea posible y el pensamiento sea su vector.

En la Era del Conocimiento se requiere de una educaci—n que estudie, investigue, proponga y prepare con celeridad y eficiencia a sus sustentadores.

Saber mas es el camino para serÉ y en ello se apuesta el futuro
Teilhard de Chardin

 

 

Roberto Real de Le—n . Julia Vargas Rubio . Marco Antonio Flores Enr’quez